Se trata de movimiento que nos ha cogido por sorpresa a todos, el hasta ahora “jefe” de Windows, Steven Sinofsky, ha dejado su cargo justo después de haber parido los dos productos más importantes de la compañía en la temporada, Windows 8 y Surface.
No sólo deja su ocupación, sino que también se va de Microsoft, sin quedarnos muy claro si la salida es consensuada, ya que hay fuentes que nos informan de lo contrario. En el comunicado que él y Ballmer realizan, nos dan a entender que ha sido de mutuo acuerdo.
Entrando en esos rumores que se manejan, en la dirección de la empresa se consideraba a Sinofsky como un trabajador no muy implicado con el trabajo en equipo de la empresa. Un gran profesional, pero con una independencia y facilidad para crear tensiones entre ejecutivos, que hacia incómoda la convivencia.
Para él lo más importante era Windows, lógicamente, y se manifestaba de forma agresiva si existía algún producto que hiciera sombra al principal software de la compañía.
Por la situación generada, alguno intentará establecer paralelismos con la salida de Scott Forstall de Apple. Pero que el responsable del sistema operativo más utilizado se vaya con veinte dias en el mercado, con un producto como Surface, recién estrenado, para mi es más chocante.
El comunicado que Ballmer ha confeccionado de cara a empleados, no entra en detalles, simplemente anuncia que Sinofsky deja la empresa, le agradece su trabajo, e invita a todos a pasar a una nueva etapa.
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