La semana pasada os contábamos que Samsung iba a mirar mucho más hacia dentro, hacia su capacidad de producir y crear nuevos componentes para los dispositivos móviles, en lugar de comprarlos a terceros. Es lo que tiene intención de hacer con las pantallas AMOLED.
Como con las pantallas, Samsung está considerando que echar el resto en la creación de cada uno de los componentes, le puede ayudar a diferenciarse, ser más rentable, y también puede convertirse en una forma de ingresar vendiendo a terceros.
Que la calidad y rendimiento que pueden conseguir es semejante a la de los Snapdragon, es algo contrastado. Otra cuestión es producir en grandes cantidades las soluciones hardware, sobre todo teniendo en cuenta que sus fábricas van a estar bastante ocupadas en meses sucesivos, si es que se confirma que van a confeccionar los próximos chips de Apple.
El cambio de estrategia se puede ver materializado en el Samsung Galaxy S6, al que todo el mundo relaciona con el nuevo chipset Exynos 7420, en lugar del polémico Snapdragon 810, que toda la competencia está eligiendo. No parece que el producto de Qualcomm tenga mayores problemas de producción o calentamientos, es que Samsung puede preferir montárselo por su cuenta.
Para que nos hagamos una idea del poderío de Qualcomm, sesenta teléfonos importantes que tienen que aparecer al mercado en 2015, contarán con el Snapdragon 810.
Es posible que nos encontremos con más señales de la naturaleza rebelde Samsung, como la incorporación de software por parte de Microsoft en sus nuevos terminales Android, o el empujón que quiere darle a Tizen para ser menos dependiente de otras plataformas, especialmente en gama baja y mercados emergentes.
¿Opiniones sobre la posible independencia? ¿Creéis que deberían seguir de la mano?
No hay comentarios:
Publicar un comentario