Tres años han pasado ya desde que Microsoft comprase la división de terminales de Nokia, y la verdad es que dicha operación parece que no pasará a la historia como uno de los mejores movimientos empresariales en el sector tecnológico. Los de Redmond se hicieron con el fabricante que más apostaba por Windows Phone, pero la cuota de mercado de su sistema operativo no ha hecho más que bajar desde entonces, hasta bajar del 1% en importante mercados.
Que las empresas externalicen ciertos servicios no tiene porque ser una mala señal, de hecho es algo más que habitual. Son muchas marcas las que confían el soporte a los usuarios, que implica desde la atención al cliente hasta el servicio de reparaciones, a empresas especializadas en ello, pero en el caso de Microsoft no es más que otro reflejo más de las ganas de los de Redmond de salir del negocio del hardware móvil.
EN PRINCIPIO, EL CAMBIO SERÁ BENEFICIOSO PARA LOS USUARIOS
B2X, una empresa europea que trabaja con ya trabaja con varios fabricantes, será la nueva encargada de dar soporte a los usuarios de dispositivos móviles de Microsoft. El cambio será, sobre el papel, beneficioso para los usuarios, ya que a mediados de mes se podrán descargar una app, Smartcare, que les permitirá hacer un diagnóstico de su móvil y ponerse en contacto con el soporte. Además, también podrán contratar un seguro con coberturas ampliadas respecto a las cubiertas por la garantía del fabricante.
Como decimos, que el soporte lo lleve ahora B2X y no Microsoft no debería suponer un inconveniente para los usuarios, todo lo contrario, pero deja claro cuál es el camino que está recorriendo Microsoft en el negocio móvil. Lo suyo ya no es crear nuevos teléfonos, esa tarea se la deja a las escasas compañías que apuestan por Windows para móviles, lo suyo es el software.
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