martes, 13 de noviembre de 2012

Vive en directo el eclipse solar desde Australia

Dos años después del último eclipse total de Sol, que anocheció la isla de Pascua, la sombra de la luna volverá a tocar la superficie del Planeta. Esta vez, el fenómeno astronómico podrá observarse en Australia y el océano Pacífico, aunque los que no puedan trasladarse a estas zonas, podrán seguirlo el martes a partir de las 21.30h a través de La Vanguardia.com, que conectará en directo con la retransmisión del proyecto europeo GLORIA (Red Global de Telescopios Robóticos) que cuenta con la participación del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y la asociación Shelios.

La expedición astronómica, dirigida por el astrónomo y administrador del Observatorio del Teide, Miquel Serra, emitirá el eclipse total de Sol desde el noreste de Australia, en los alrededores de la ciudad de Cairns, en el estado de Queensland, donde se han desplegado tres puntos diferentes de observación.

“Será un eclipse complicado”, augura Miquel Serra. “La banda de totalidad solo tocará tierra continental en los territorios del norte de Australia y el Sol estará a sólo 10 grados de altura en el momento de la totalidad, es decir, estará amaneciendo”. Otro handicap es la duración de la totalidad, de tan solo “dos minutos” en lugares observables, ya que el máximo se produce en pleno océano, donde la duración alcanzará los 4 minutos y 2 segundos a las 23.11 horas (hora peninsular española).

Un eclipse total de Sol es uno de los espectáculos astronómicos más impactantes que se pueden observar a simple vista, aunque con protección ocular. Se produce cuando la Luna oculta al Sol a su paso entre la Tierra y el astro rey. Pero este fenómeno implica otros efectos colaterales que los astrónomos Miquel Serra y Vanesa Stroud irán relatando durante la retransmisión.

Uno de ellos es el anillo de diamantes, “un fulgor que, por efecto de la irradiación, tiene lugar en el punto donde se oculta la fotosfera solar”, explica Serra. Fruto de este efecto, acaban produciéndose las llamadas perlas de Baily. “Antes de desaparecer la última porción de la fotosfera, ésta se divide, debido a la accidentada orografía del borde del disco solar, en unos fragmentos luminosos, llamadas perlas de Baily”, sigue contando el astrónomo.

A continuación, aparece la corona solar, “de intenso color blanco perlado, y en el centro resalta el disco lunar, convertido en un agujero negro en el cielo”. Miquel Serra recuerda que en ese momento “se crea una noche artificial, con los planetas visibles a simple vista y las estrellas más brillantes en el firmamento”. El próximo eclipse solar no se producirá hasta el 20 de marzo de 2015.

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